Rosa Roja
Hace muchos años, la tribu de los Amita habitaba en los valles del sur de los Cantabria. Quintral, el hijo del gran jefe, era el joven más apuesto y valiente de la tribu. Su corazón ardía enamorado de una bella muchacha llamada Rosa.
Un día, la tribu de los Amita se vio afectada por una grave epidemia y Quintral enfermó. En medio del mal, el joven sólo repetía una palabra:
- ¡Rosa, Rosa!
El gran jefe, preocupado por el grave estado de su hijo, hizo llamar a la joven con la esperanza de que su presencia le aliviara en algo. Pero Rosa ya no estaba en la aldea. Estaba tratando de hallar el remedio que salvara a su amado, la muchacha había acudido a la vieja hechicera. Esta le dijo:
- Solo una infusión de una flor cortada en la cumbre más alta de Cantabria puede terminar con su mal.
Sin pensarlo dos veces, Rosa trepó a la cima de la montaña donde se hallaba la hermosa flor solitaria. Justo cuando iba a arrancarla, la sombra del águila real, guardián de las cumbres, la detuvo. El águila le dijo:
- Nadie puede robar flores de mis montañas.Llorando, la joven insistió tanto que el cóndor al fin propuso un trato:
- Yo mismo llevaré la flor a tu amado si me entregas tu corazón.Rosa aceptó y el águila voló con la flor en la boca hasta el valle donde vivía Quintral, quien sanó gracias a ella.
Durante el vuelo, pequeñas lágrimas rojas brotaron de los pétalos de la flor y fueron cayendo por el camino. Y de cada lágrima nació una nueva flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario